La resistencia es el término que atravesó con mayor fuerza nuestros años noventa.

A mediados de la década, cuando el menemato comenzó a mostrar sus fisuras, múltiples experiencias de resistencia empezaron a brindar su testimonio.

Uno de esos frentes de resistencia que se abrieron, o se reanudaron porque venía desde tiempo atrás--según los casos-- fue el de la batalla cultural.

Eran tiempos en que nos invadía una cultura individualista y liberal que se impulsaba desde el imperio y que los centros de poder mundial no dejaban de tratar de imponer.

En ese contexto surge "La Patria Rockera", un programa a través del cual reivindicábamos las cuestiones nacionales, las rebeldías colectivas y tratábamos de funcionar de modo tal que las juventudes tuviesen un lugar de reunión, de expresión de sus broncas y anhelos, de escucha de sus sonidos.

Seguramente no fue casual que lo hiciéramos desde la FM Compartiendo, que en aquel momento funcionaba (como aún lo hace) en un espacio de la parroquia del Padre Luis Farinello, otro puntal de resistencia en aquellos tiempos crudos.

Muchos de esos jóvenes de Quilmes (como Nicolás García, hoy referente de la Cooperativa de Reciclado La Pacha) se forjaron como militantes en esos espacios: haciendo radio, dando apoyo escolar en la búsqueda por vincularse con los más castigados por el régimen, confeccionando algún fanzine o revista para ponerle palabra a la nueva experiencia generacional, en un diálogo siempre presente con todas aquellas, con todos aquellos que la venían peleando desde antes.

En las peores condiciones y sin muchos recursos, pudimos resistir a un proceso neoliberal, también, porque hubo tipos como el cura Luis, que abrieron las puertas de diversos espacios para alojar propuestas de todo tipo.

Más de un cuarto de siglo después, sostenemos los mismos anhelos de justicia social, y una memoria que tiene en claro que no queremos que el neoliberalismo retorne a nuestra patria.

Por esa memoria y por todo lo que falta, la figura de Farinello se nos presenta como imprescindible a la hora de reconocernos en una historia. Y por eso hoy seguimos insistiendo en solicitar que la nueva estación de tren que se abrirá entre Quilmes y Ezpeleta lleve su nombre.

Mariano Pacheco y Fabio González, Director del Instituto Generosa Frattasi y Responsable de la UTEP Evita PBA respectivamente