El Acto contó con la presencia del Secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla, el Subsecretario de Derechos Humanos de la Provincia, Matias Moreno, el Secretario de Derechos Humanos del Municipio. Hugo Colaone, Emiliano Quinteros y Walter Ormazabal, directores contra la Violencia Institucional de Nación y Quilmes, respectivamente, junto a otros funcionarios nacionales, provinciales y locales. Fueron protagonistas del emotivo homenaje Nora, la mamá de Víctor Balza, junto a familiares, amigos y referentes barriales que fueron incansables luchadores para que haya justicia.
La historia plasmada en el cartel de señalización
El viernes 7 de noviembre de 2003, Víctor Elías Balza, de 18 años, había ido con sus amigos a bailar por primera vez. Durante la madrugada del 8 de noviembre, dos móviles policiales del Sub comando de Don Bosco se enfrentaron a un grupo de personas por un supuesto robo en Villa Itatí. Víctor, al ver la situación, se asustó e intentó huir y fue detenido junto a otro joven.
Durante la detención, Víctor recibió un disparo por la espalda, a 40 centímetros de distancia, realizado por el policía Javier Darío González con su arma reglamentaria.
Víctor fue trasladado a la salita de Don Bosco y también fue revisado por el cuerpo médico de la policía, pero nadie detectó que tenía un impacto de bala de plomo por lo que lo medicaron y lo volvieron a alojar en la comisaría 2da de Bernal, incomunicado. Al día siguiente, murió camino al hospital de Wilde.
Víctor falleció por el disparo recibido y por no haber sido atendido durante un día y medio con una herida mortal. A la familia le dijeron que había muerto por golpes tras haberse caído de un techo.
Luego de dos juicios anulados, el 29 de junio de 2015 el TOC N°5 condenó a Javier Darío González a la pena de doce años de prisión por homicidio agravado por el uso de arma de fuego. Finalmente, recién en el año 2021 comenzó a cumplirse la condena.
"Argentina Unida contra la Violencia Institucional", cierra el texto plasmado la señalización que queda para la Memoria en la sede policial.