La empresa Aguas Bonaerenses S.A. (ABSA) está bajo investigación judicial debido a un grave desastre ambiental en Berisso, donde miles de litros de aguas cloacales sin tratar son volcados directamente al Río de La Plata. La planta de pre-tratamiento de la región, diseñada en 1905 y apenas actualizada en 1999, se encuentra al borde del colapso, tratando solo 5.000 de los 25.000 metros cúbicos de efluentes por hora que genera la población.
Una Problemática de Larga Data y Consecuencias Alarmantes
Desde hace una década, organizaciones ambientalistas como Nuevo Ambiente han alertado sobre el riesgo sanitario y ecológico masivo. La denuncia de Nuevo Ambiente resalta que ABSA dejó de usar los tamices, el único mecanismo para separar sólidos, resultando en el vertido de materia fecal sin filtrar ni tratar. Gerardo Leotta, investigador del Conicet e integrante de la ONG, señaló que los desechos se descargan directamente en la playa de Palo Blanco, a diferencia de un antiguo emisario que se extendía 600 metros río adentro.
Los estudios revelaron niveles alarmantes de contaminación: más de 7 millones de unidades coliformes por cada 100 ml de agua (cuando la normativa permite 2.000), incluyendo bacterias como E. coli y salmonela. Además, se detectaron restos de antibióticos, ibuprofeno, diclofenac y microplásticos en once especies de peces. Este escenario ha provocado la mortandad de peces, proliferación de algas tóxicas y degradación de las costas, con un impacto significativo en la biodiversidad y la salud pública, ya que el Río de la Plata es una fuente crucial de agua potable.
Inacción y Falta de Voluntad Política
Pese a los reclamos de organizaciones civiles, particulares y funcionarios locales, la situación empeora. La falta de controles, el abandono de la infraestructura y la inacción estatal son factores clave. Nuevo Ambiente ha presentado propuestas a corto, mediano y largo plazo, incluyendo la prohibición de acceso a playas contaminadas como Bagliardi y Palo Blanco, la construcción de un emisario de descarga de al menos 600 metros y la edificación de una planta de tratamiento moderna. Sin embargo, se estima que esta última requeriría una inversión de 250 millones de pesos por parte de ABSA, y no hay voluntad política para ejecutarla, a pesar de que la empresa cobra cerca del 50% de la factura mensual por el servicio de desagües cloacales.
Acciones Legales y Parlamentarias Sin Respuestas Efectivas
En el ámbito político, el senador Marcelo Leguizamón (PRO) presentó en junio un pedido de informes al Ejecutivo provincial, solicitando detalles sobre puntos de vuelco, protocolos ante derrames, inspecciones y enfermedades vinculadas al agua, así como sanciones a ABSA. No obstante, el informe aún no ha sido tratado en la comisión de Ambiente.
Judicialmente, los abogados ambientalistas Fernando Monticelli y Aníbal Falbo denunciaron a ABSA por "tratamiento inadecuado". La Justicia dictó una medida cautelar para implementar un plan provisorio, financiado con un porcentaje de las tarifas de los usuarios, cuyas resoluciones se esperan para agosto.
La Respuesta de ABSA: Demoras y Justificaciones
Consultada por El Editor Platense, ABSA, a través de la Dirección Provincial de Agua y Cloacas (DIPAC), explicó que una obra para reparar la estación de bombeo, instalar una nueva cañería y refaccionar la planta depuradora está neutralizada desde agosto de 2024. Argumentaron la necesidad de revisar el proyecto debido a dificultades para excavar por el tipo de suelo y las interferencias en zonas urbanas. Afirman que desde enero a julio de 2025 han trabajado en encontrar alternativas técnicas y económicas viables, modificando el proyecto original para mantener operativa la estación de bombeo.
Los denunciantes, sin embargo, advierten que estas demoras solo generan un daño ecológico acumulativo. La situación es crítica y, sin medidas urgentes, podría escalar a un escándalo sanitario de grandes proporciones.