MAYRA POR LA SEGUNDA

Se acerca la veda y tras haber sido la candidata más votada en Quilmes en las primarias, Mayra Mendoza se enc amina a confirmar su merecida victoria, que la habilitará para estar cuatro años más la frente del gobierno municipal.

Será por mérito propio. Mayra puso en marcha un proyecto de ciudad tangible. Hay obras, hay planificación y capacidad de concretar iniciativas. Hay también liderazgo politico. Hay trabajo y hay empuje.

Las comparaciones son a veces riesgosas, pero por contexto social y económico y - vale incluirlo aquí- sanitario, la gestión que inició en 2019 esta entre las mejores que vio Quilmes del '83 a la fecha. La mejor agregaríamos, con la inocultable coartada de ser y sentirnos parte.

Mas de mil pavimentos nuevos que casi triplican ya la cantidad comprometida al inicio de gestión, los polideportivos de calidad, el espectacular parque de la ribera, el largamente reclamado instituto 83, las obras en los hospitales, las luces led, más de medio centenar de aulas nuevas, la larga enumeración de obras abruma, pero no gráfica del todo.

Hay una idea de ciudad concretádose en cada obra, de calidad y pensada para la mejora de la vida cotidiana de cada vecino y vecina, de cada barrio, de cada localidad.

Esa idea necesita de más años de gobierno. Mayra pidió esa continuidad en cada acto, en cada recorrida, en cada inauguración, en cada reunión con sectores de la vida de Quilmes.

En cuatro años y sin esconder de ninguna manera su identidad y referencias políticas, la intendenta estableció relaciones de respeto con cada uno de los actores de la vida de Quilmes. Transitó su primera gestión sin conflictos de peso.

En frente, Molina sigue reteniendo una cantidad de votos importantes - ligeramente menor en 2019 y en las legislativas de medio término - pero no logra superar a la intendenta, desplegó una campaña de muy baja intensidad, aún menor que de cara a las paso de agosto, quizá golpeado por el resultado de la interna nacional donde apoyo al candidato que perdió.

Molina es un buen candidato, pero curiosamente es su limitación principal. No tiene un proyecto de ciudad, no puede hablar de todo lo que no concreto entre el 15 y el 19, no estuvo tampoco entonces a la altura de la expectativa que había generado.

El exintendente no tiene equipos de gobierno, no los consolidó en gestión, no pudo reformularlos desde el llano, al punto que sus propios funcionarios lo enfrentaron o buscaron hacerlo en las internas locales.

Como tercera opción desde las paso apareció La Libertad Avanza que en lo local lleva al ignoto y desconcertante Lezcano.

La campaña de LLA es prácticamente inexistente, incluso contradictoria con algunas propuestas de su presidenciable y se remite a la tracción nacional, que fue sorpresa en las primarias.

Molina en su nervio, busca limarle votos con su costumbre de desalinearse e instalar el corte de boleta, como lo hizo con Macri y Vidal en 2019, en el desbarranque electoral, y luego de haber sido un "fiel" defensor de sus políticas de ajuste y endeudamiento a todo vapor.

En definitiva, la historia, la sensación general, además de las cada vez más desacertadas encuestas, marcan que el tiempo de Mayra al frente de Quilmes tendrá continuidad. Lo hecho hasta aquí, lo justifica con amplitud. Nadie con sinceridad y frialdad de mirada puede negarlo.

Mayra va por la segunda y los quilmeños y quilmeñas le darán el 22 esa chance en las urnas.

Por Ezequiel Arauz