Hernán Damián Costa tenía 49 años, vivía en Florencio Varela, era soltero, padre de cuatro hijos y trabajaba en un restaurante de Puerto Madero. Lo mataron a plena luz del día para robarle la moto en una de las arterias más transitadas de Quilmes. Volvía de su trabajo después de haber terminado su jornada laboral.

La pasión de Hernán eran los “fierros” y el entrenamiento físico. Cosas que disfrutaba a diario luego de su intensa jornada laboral.

“Duele y lastima cómo vivimos a la merced de chorros, sinvergüenzas, pero cuando te toca de cerca duele mucho más. Hoy el cielo se llevó a una gran persona; laburante, lleno de vida... Un ser maravilloso”, posteó Laly, comadre de la víctima, en su muro de Facebook. Y siguió: “¡¡No caigo, gordo!! De verdad, solo deseo que Dios te reciba a su diestra y te dé luz en tu nuevo andar. Te recordaré siempre con todo cariño del mundo, con esa gran algarabía tuya y, desde donde estés, dale fuerzas a la familia”.

 

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