(Marcelo Fidalgo, dirigente UCR. Licenciado en Ciencia Política y Gobierno (UNLa). Profesor en Docencia Superior (UTN). Estudiante de Abogacia (UNDAV).Papa de Jose. Escribo en Ambito.com)
Los argentinos asistiremos el próximo 19 de noviembre a la obligación de tener que decidir el destino de los próximos cuatro años en nuestro país. En el contexto de los cuarenta años de democracia, los argentinos nos encontramos por primera vez desde el retorno de la democracia, frente a una opción no libertaria, sino fascista y con reales posibilidades de poder acceder al poder.
Es cierto que el mas del setenta por ciento de los votantes, rechazaron esta opción fascista encabezada por Javier Milei; esto nos habla claramente de que este tipo de ideologías no tienen el aval mayoritario de la sociedad. Uno podría pensar entonces, que sus posibilidades electorales en un ballotage están sumamente limitadas y en consecuencia, su derrota es inevitable.
Sin embargo y muy a pesar de ello, esta opción fascista obtiene opiniones favorables por parte del ex presidente Mauricio Macri y otros dirigentes de peso dentro del Pro. Esta situación descripta, le otorga a Milei la posibilidad de incorporar votos que el pasado 23 de octubre optaron por la candidata Patricia Bullrich y en consecuencia le otorga una posibilidad cierta de poder convertirse en el ganador.
Este escenario descripto debe interpelarnos fuertemente a aquellos que rechazamos el fascismo y que nos enmarcamos claramente en opciones democráticas. Esto nos lleva inevitablemente a tener que optar en el ballotage por una opción democrática o una opción que se autodenomina liberal, pero que es claramente fascista.
Aquí es donde comienza inevitablemente el análisis que debemos hacer cada uno de nosotros, de acuerdo a nuestros principios, valores e ideología tendientes definir nuestro voto en el mes de noviembre. En mi caso particular, quiero hablarle a los radicales en general. Hago hincapié en los radicales y no en la Unión Cívica Radical, porque hace ya largos años que el partido no contiene a la totalidad de los radicales.
Entiendo que para muchos correligionarios, la opción del voto en blanco aparece como válida, incluso la abstención. Déjenme decirles que este momento que vive nuestra democracia y nuestro país, requiere comprometerse y ser partícipes de nuestro propio destino. Nadie va a pedirles que dejen de ser radicales y en consecuencia opositores al próximo gobierno, sino de lo que se trata, es de definir un voto por la positiva y que acompañe un proceso democrático.
Nosotros nada tenemos que ver con Milei, tenemos orígenes, historia y perspectiva diametralmente opuestos. Somos orgullosamente socialdemócratas porque nuestra ideología y filosofía de vida así lo entienden. Entendemos que la democracia se construye dia a dia, respetándola, fortaleciéndola y por sobre todas las cosas, ejerciendo acciones que nos permitan desarrollarnos como sociedad y como nación. El fascismo es lo contrario a nosotros, no dejemos entonces que una opción fascista pueda gobernar nuestra nación.
Los radicales, debemos actuar una vez más con la responsabilidad histórica de defender la democracia que tanto costo conseguir y consolidar. Vayamos el 19 de noviembre a ser partícipes del rechazo al fascismo encarnado en la figura de Milei. Hagámoslo por nuestra historia, por nuestros hombres y mujeres que han puesto su vida al servicio de la democracia, pero fundamentalmente por el futuro de nuestro país. Como nos dijo alguna vez Raul Alfonsín, bajemos un poco nuestras banderas para levantar bien alto la celeste y blanca.