
“Tal como se informó oportunamente, a raíz de las graves denuncias difundidas en redes sociales y la constatación del inicio de la Causa Penal por parte de la Justicia, el Obispo de Quilmes dispuso en junio de 2024 el apartamiento de su función en la parroquia y de todas las actividades pastorales del sacerdote denunciado. En ese entonces fue trasladado a un domicilio que fue informado a la Justicia y donde, este lunes, se llevó a cabo el allanamiento”, señala el comunicado emitido por el Obispado.
Asimismo, se informó que “El Obispo Tissera lamenta profundamente el sufrimiento de las personas afectadas y pone a disposición al Equipo Diocesano para la Protección de Menores y Adultos Vulnerables, para acompañarlas junto con sus familias, y se pone a disposición de la Justicia para continuar colaborando de manera activa”.
“El Padre Obispo Tissera y el Padre Obispo Auxiliar de Quilmes, Eduardo Redondo, están comprometidos con el cuidado de la vida y el resguardo de niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos vulnerables”, finaliza el comunicado.
Cabe agregar que en las últimas horas el sacerdote se negó a declarar ante la fiscal de Quilmes, Barbara Velasco.