El fiscal que interviene en el juicio por el crimen de Salvador Altamura, el abogado desaparecido desde julio del 2020, pidió ayer que se condene a prisión perpetua al único acusado por el hecho, un amigo de la infancia de la víctima, a quien calificó como “fabulador”, a la vez que consideró una “payasada” su intento de vincular los acontecimientos con la desaparición de Lucas Escalante y la muerte de Lautaro Morello.

En su alegato ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de Quilmes, el fiscal Andrés Nieva Woodgate solicitó que Darío Dening (55) sea condenado como coautor del “robo calificado por su comisión mediante el uso de llave verdadera, en concurso con el homicidio calificado por preparar, facilitar, consumar y procurar la impunidad”, en perjuicio de Altamura.

La presentación de Nieva Woodgate comenzó pasadas las 10 de la mañana en los tribunales de Quilmes ante los jueces Darío Hernández, Alejandro Portunato y Julián Busteros.

También presentes en la sala de audiencias se encontraban familiares de la víctima y el imputado Dening, quien llegó custodiado al edificio por tres miembros del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), vestido con una campera azul.

En la primera parte de su alegato, el cual se extendió por más de tres horas y media, el representante del Ministerio Público aseguró que el principal motivo del crimen de Altamura fue para robarle dinero, a la vez que trazó una detallada cronología de los hechos, proyectando una serie de imágenes y mapas en el auditorio.

“Se encuentra fehacientemente acreditado que Darío Dening dio muerte a Salvador Altamura entre el 13 y el 14 de julio para luego robar su motocicleta, su casco gris, las llaves de su departamento y las llaves de la caja de seguridad. Luego accedió al interior de su inmueble y se valió de una suma de dinero que ascendía los 250 mil dólares, apoderándose de su arma de fuego, para luego retirarse del lugar”, comenzó su alocución Nieva Woodgate.

En ese sentido, el fiscal justificó sus dichos al manifestar que el último contacto de la víctima tuvo lugar a las 17.08 del 13 de julio en el galpón de Dening, con quien tenían una “amistad íntima” de más de 40 años.

“A partir de ahí, Altamura nunca más levantó un llamado ni se registran conversaciones en su teléfono. No dio más signos de vida. Coincidentemente, a partir de las 17, hasta las 23, Dening dejó de responder los mensajes de su novia Camila Bramajo en una actitud fuera de lo común. Dening desaparece en el mismo momento en el que desaparece para siempre Salvador Altamura”, resaltó.

En otro tramo de su presentación, el fiscal manifestó que “hay prueba indirecta abrumadora” contra Dening, resaltando que el imputado se valió de la relación de confianza que tenía con Altamura para asesinarlo.

“Los asesinos lo hicieron tan bien que no hay un cuerpo y no se puede establecer cómo ni dónde lo mataron. Eso no nos impide saber el qué y el para qué lo mataron. No sabemos qué hicieron, dónde y cómo lo mataron, pero eso no le impide a los jueces a partir de prueba indirecta, numerosa en este caso, que sí lo mataron porque lo necesitaban”, indicó al respecto el representante del Ministerio Público.

Por otro lado, Nieva Woodgate consideró clave las pericias antropométricas que sitúan a Dening descartando la motocicleta, el casco y el arma de Altamura en las cercanías de la Villa Itatí, a la vez que calificó al imputado como “fabulador” e “inteligente”.

“El acusado miente reiteradamente, reconoce contextos históricos pero los modifica en detalles cambiándoles su significado”, agregó. Además, el fiscal consideró clave las actitudes evasivas que mantuvo el acusado con la Justicia, debido a que intentó fugarse a Entre Ríos en una bicicleta portando 185 mil pesos y 31.500 dólares.

“Era una persona que no generaba dinero desde enero. Tenía una fábrica de moños parada por la pandemia. A pesar de que lo allanaron varias veces, nunca le habían encontrado ese dinero. Así como hizo desaparecer esa plata, tenía la capacidad para hacer desaparecer a Altamura”, explayó.

Por otra parte, el fiscal se refirió a la estrategia de la defensa de vincular el crimen de Altamura con el comisario mayor Francisco Centurión, detenido en el caso por la desaparición de Lucas Escalante y Lautaro Morello, a la cual se refirió como una “payasada”.

Fuente: DataJudicial