
Lo que antes era sinónimo de necesidad hoy se asocia con estilo, ecología y comunidad. Consumidores y emprendedores encuentran en las ferias de ropa una forma de consumo más humana y sostenible. Avellaneda ofrece cada vez más ferias de segunda mano, reflejo de una economía popular que se reinventa prenda por prenda. En estos locales confluyen vecinas que buscan precios accesibles, jóvenes que apuestan por el consumo responsable y emprendedoras que encontraron en la ropa usada una salida laboral.
Esto mismo explica Mayra, dueña y encargada, junto a su papá, de La Feria Berutti, en Avellaneda: “Hay gente que busca precio y hay gente que busca lo único, esa prenda que sabés que no se produce en masa”. En un contexto donde la inflación erosiona el poder adquisitivo y la industria textil se vuelve cada vez más inaccesible, estos espacios combinan economía, creatividad y conciencia ambiental: Vestir de segunda mano ya no es sólo una opción barata, sino también una decisión política de consumo.
En el conurbano, la moda circular toma forma a través de ferias y emprendimientos locales como este, que dan nueva vida a la ropa usada. Más que una tendencia, es una forma de afrontar la crisis económica y cuidar el ambiente, apostando por el intercambio, la reutilización y la creatividad colectiva.
“Muchas veces entra gente y dice ’ay, no sabes hace cuánto venía buscando esto’ y es algo re específico con detalles”, cuenta Mayra entre risas detrás del mostrador un variopinto local, cita en Berutti 281, Avellaneda, que ofrece ropa, abrigos, calzado, libros y hasta vajillas de antaño, listas para su uso y que cuentan, a su vez, cada uno de estos objetos, una historia.
Cintia Palacios, estudiante de la carrera de Periodismo de la UNDAV