El interesante politólogo Timothy Scully plantea la existencia de partidos de centro programático y los define como aquellos que tienen un programa específico de centro, a diferencia de los centros posicionales que ocupan transitoriamente la atención del electorado centrista pero por la dinámica del sistema de partidos tanto a la izquierda como a la derecha. Esta definición le permitió al autor definir al exitoso Partido Demócrata Cristiano chileno surgido a mediados del siglo XX como tal al definirse con la consigna “ni marxistas ni capitalistas”.
NI MILEISTA, NI KIRCHNERISTA
El MAD surge con la consigna ni kircheneristas ni mileístas. Claro está que se trata de un movimiento y uno de un típico partido, que por el momento reúne las adhesiones del sector moderado del PRO que hoy día tiene una posición minoritaria en el partido amarillo. Por eso será clave las alianzas que establezca, donde deberá mechar experiencia con frescura (juventud) y ser consciente de tener la menor cantidad de dirigentes con pasado derrotista.
De esta manera, los desafíos son mucho, con complejidades pero no imposible. Más aún que se dispone de un electorado disconforme con las gestiones del presente y del pasado reciente. Aquí algunos obstáculos que deberá sortear.
En primer lugar que viene de perder una interna partidaria, lo cual obliga a empezar de atrás. Si tenemos en cuenta la “espiral del silencio” de Noelle-Neumann, hay un electorado “resultadista” que sigue esta tendencia que marca la opinión pública que es poco probable que vote opciones que han perdido. El siguiente obstáculo, también relacionado con la opinión pública, tiene que ver con la visibilidad. Hoy el ex jefe de gobierno porteño no solo que no está dentro de los dirigentes políticos que mejor mide sino que además no forma parte de ninguno de los dos polos de atención sino justamente surge como alternativa, lo cual lo hace más difícil de instalar.
¿QUÉ TIENE A FAVOR?
Centralmente tres cuestiones. La primera es su experiencia como gestor, con dos gobiernos con relativa popularidad. La segunda es que viene de recorrer al país lo que lo transforma en un candidato conocido y la tercera y fundamental, mantuvo la coherencia de ser opositor a Milei y de no alinear al PRO a la LLA.
El desafío urgente es armar bien el espacio para los comicios legislativas. De mínima deberá armar listas en las grandes ciudades y de máxima en la mayor cantidad de provincias que pueda. Tendrá que tener una capacidad de seducción importante y funcionar en algunos casos como ambulancia de dirigentes que quedaron en el camino.
Es una empresa difícil por los antecedentes y por el momento del país. Pero no deja de ser una opción política que puede encontrar gran afición si logra efectivamente un armado exitoso y competitivo.
* Docente en la UBA (Universidad de Buenos Aires) y en la UCALP (Universidad Católica de La Plata).