Desde Atravesados por el Femicidio, agrupación constituida por familiares en busca de justicia, queremos expresar ante la sociedad nuestra mirada actual respecto al abordaje sobre la violencia de género, y como inciden sobre esta problemática la implementación o no de políticas públicas y la justicia. 

Según datos difundidos por el observatorio de femicidios “Asociación Casa del Encuentro” el año 2023 se contabilizaron 334 femicidios, con datos obtenidos a partir de publicaciones en medios periodísticos, lo que arrojó un promedio de un femicidio cada 25 horas.

Surge de la misma fuente, que en los seis meses del año 2024, ya se registraron 127 víctimas de violencia de género;  y el período transcurrido desde el primer “Ni Una Menos” del año 2015 hasta el 3J del 2024 arroja la alarmante cifra de más de 2650 femicidios y travesticidios.

De acuerdo a estos informes, el 93% de las víctimas eran de nacionalidad argentina, y al menos 1 de cada 3 presentaba condiciones de vulnerabilidad extrema. Al menos 32 víctimas estuvieron “desaparecidas” y muchas de las cuales continúan en esa condición.

Así mismo se revela que el 64% de los agresores eran parejas o ex parejas de las víctimas, y que el lugar más inseguro para una mujer en situación de violencia continúa siendo su vivienda o la vivienda compartida con el agresor. Según informó el observatorio, el 59% de las mujeres fueron asesinadas en su hogar, y muchas de ellas presentaron signos de haber sufrido abuso sexual.

En 2 de cada 5 había antecedentes de violencia de género en sus vínculos, y la mayoría había efectuado denuncias formales contra los agresores, inclusive con medidas de protección vigentes al momento del femicidio y hasta con denuncias de violación de dichas medidas.

Según el Registro Nacional de femicidios de la Justicia Argentina, sobre las 250 víctimas directas del año 2023 quedaron 205 niñas, niños y adolescentes sin madre.

Un alto porcentaje de los femicidas pertenecían a alguna fuerza de seguridad,  algunos en actividad y otros tantos retirados;  y utilizaron su arma reglamentaria para perpetrar el hecho.

A la fecha de corte del Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina, 31 de diciembre del 2023, el 15% de 246 causas judiciales habían sido archivadas (por muerte, suicidio y otras causales), el 82% continuaba en proceso judicial (74% en etapa de investigación, 7% en etapa de juicio y 1% con sentencia no firme), y solamente el 3% había finalizado con sentencia condenatoria. (Informe mayo 2024)

Con casi un femicidio por día en lo que va de este año, y cifras que nunca han descendido, desde la agrupación Atravesados por el Femicidio seguimos andando el camino para tratar de erradicar la violencia de género, sabiendo que es multicausal. Estamos seguros de la necesidad de un acompañamiento de parte del estado en tal sentido, con un abordaje que debe ser integral, multidisciplinario y federal.

Atendiendo a los primeros párrafos de este escrito, vemos que las situaciones de vulnerabilidad por las que pasa una mujer víctima de femicidio antes de que ocurra el mismo son diversas, desde la condición económica y social extrema, hasta la falta de resguardo, contención y atención del cumplimiento de las medidas para su seguridad. Garantizar una condición que la exima de pasar por ello, es única responsabilidad del estado, que asegure no solo atender estas situaciones de vulnerabilidad previas, sino también la prevención de la violencia hasta su resolución.

A la vista está que durante estos años hemos tenido gobiernos que han dedicado sus políticas y presupuesto en pos de erradicar la violencia de género, con la creación de Ministerios y dependencias abocados al abordaje de este flagelo social. Aunque si bien han marcado un camino claro de intención al respecto, las cifras de los femicidios muestran por si solas que estas medidas no fueron suficientes ni eficaces.  Aclarando que como agrupación hemos tenido cierto acompañamiento para algunos familiares, y hemos visto financiamiento para campañas de visibilización con agentes que mostraron su voluntad.

Todos estos años para nosotros, quienes contamos con “una menos” en nuestras familias, han sido de lucha sin descanso. Forzosamente hemos aprendido el papel crucial e irremplazable de los propios familiares de las víctimas, para evitar que los casos queden en la impunidad y el olvido. Nos hemos apoyado entre nosotros para tratar de sortear todo tipo de irregularidades, negligencias y comportamientos burocráticos y onerosos que debemos enfrentar en los procesos. Entre las propias familias buscamos y encontramos la escucha, contención, asesoramiento y atención que el estado debería garantizar. Continuamos nuestra vida a pesar del dolor, haciendonos cargo de los hijos de las víctimas, procurando su sustento y su salud física y mental y la propia, buscando abogados imposibles de pagar, buscando y proporcionando pruebas, enfrentandonos  al destrato de los funcionarios judiciales. Y si tenemos la “suerte” de una sentencia condenatoria para el agresor, nuestra tarea nunca termina pues debemos velar por que esa sentencia se cumpla efectivamente, padeciendo muchas veces al enterarnos de noticias de tantos privilegios para los condenados, con permisos y privilegios por “buena conducta” y hasta salidas anticipadas de los penales.

Lamentablemente al día de hoy, solo vemos hasta la fecha medidas de retroceso en materia de la erradicación de la violencia hacia las mujeres, con avales expresados públicamente a políticos que vergonzosa y directamente niegan en sus declaraciones que la violencia de género exista. A ellos debemos recordarles que están en sus puestos para representarnos, y que nos deben su garantía de trabajar por y para las necesidades de la sociedad. En cambio de esto, vemos día a día medidas regresivas, como el desmantelamiento del ministerio de la mujer y sus dependencias, la negación pública de la violencia sexista, y la anunciada falta de presupuesto para cubrir esta necesidad histórica. Como familiares presentes, representando a cientos de víctimas de femicidio, aún no se nos ha convocado a nivel nacional a reunión alguna, para poder aportar con nuestra experiencia al respecto.

Además de reclamar por estas necesarias políticas públicas, vemos que el tratamiento de la Justicia en los casos de femicidio es otra de las deudas pendientes. Analizando los resultados de las sentencias dictadas en los femicidios ocurridos en los últimos años, observamos que las leyes existentes han permitido que, por múltiples causas, no exista una adecuada aplicación de la misma para los crímenes de mujeres por violencia. Ello provoca que detrás de cada familia sin justicia exista un agresor que considera que puede continuar su vida con total impunidad pese al femicidio cometido. En muchas sentencias, la aplicación del derecho se vio influenciada por prejuicios y concepciones patriarcales de algunos sectores de las y los operadores policiales y judiciales, lo que dificulta el inicio y desarrollo de la investigación, repercutiendo finalmente en los resultados obtenidos. Es por eso que consideramos indispensable seguir instalando en la sociedad una perspectiva de género clara, y el concepto de “violencia de género” como una vulneración a los derechos humanos de las mujeres, como un problema social, político y cultural, y no como una problemática relativa a la vida privada.

Como familiares de víctimas de femicidio, no solo nos quedamos en el dolor de haber perdido parte de nuestra familia, sino que seguimos declarandonos en lucha, exigiendo al estado nacional, provincial y municipal presencia plena, con políticas públicas integrales, adecuadamente financiadas y sostenibles en el tiempo, junto con la creación y modificación de leyes pertinentes y su implementación efectiva, para que en primer lugar comience a descender este índice tan doloroso para nuestra sociedad, y segundo para no dejar lugar a la impunidad en los casos que hayan ocurrido.

Con el deseo de ser escuchados y que estas palabras no se diluyan en el viento, quedamos a la espera de una convocatoria desde las autoridades del gobierno y judiciales, para poder coordinar acciones conjuntas hacia el futuro.

Agrupación FAMILIARES ATRAVESADOS POR EL FEMICIDIO.