Tal y como lo explicó la intendenta Mayra Mendoza, en la noche entre el jueves y el viernes llovió durante siete horas de manera excepcional. En ese corto lapso, cayó la misma cantidad de agua que habitualmente llueve durante mayo.
Lamentablemente eso afectó a muchas familias de nuestro distrito y provocó numerosos daños. Al respecto, es necesario aclarar que si bien se están haciendo obras hidráulicas del plan maestro provincial, veníamos de años de absoluto abandono en la materia.
Frente a la tragedia es muy valorable la respuesta posterior. La presencia del estado aportando insumos artículos de limpieza, colchones, frazadas, alimentos necesarios y urgentes. Pero sobre todo quiero valorar el enorme despliegue militante y solidario, casa por casa en Solano, La Matera, La Paz, La Ribera, Iapi, atendiendo demandas y ordenando respuestas.
A instancias de la propia Mayra, el trabajo coordinado entre las áreas de servicios públicos, emergencia , salud, desarrollo social, entre otras, junto a organizaciones políticas, sociales, culturales, religiosas hace la diferencia. Siempre gana la solidaridad, que se potencia cuando el estado está presente. Nos tocó verlo de cerca, estuvimos durante todo el fin de semana en la zona de La Paz.
Es algo que no se había visto por ejemplo en 2019 y me tocó vivirlo de cerca cuando incluso la iglesia tuvo que tomar el rol de coordinar porque el municipio en manos de Molina no se hacía cargo de nada. Dos o tres días después de caída la tormenta logramos que el municipio accediera a reunirse en el obispado con organizaciones de la sociedad civil para atender la enorme demanda en barrios, que no eran de la principal preocupación del macrismo quilmeño.
En esos días incluso, quien era la titular de desarrollo social María Sotolano se dejó fotografiar jugando al tennis en un club céntrico y festejó en sus redes sociales la salida del sol tras varios días de lluvia. En el oeste y en la Ribera las aguas todavía no drenaban y los quilmeños y quilmeñas seguían esperando la asistencia de un estado evidentemente preocupado por otras cosas.
Duelen las inundaciones siempre. Duele que sean los más humildes los que pierden todo. Pero hay un estado dando respuesta en el territorio y las obras necesarias y tan retrasadas en la cuenca, están ya en ejecución. Quienes repentinamente se indignan y sobreactúan, defienden un estado mínimo, incapaz de dar y construir respuestas de fondo. Insensible en su momento para acompañar la realidad de muchísimas familias de Quilmes.
por Ezequiel Arauz