La salud pública pediátrica está en juego, y su preservación exige compromiso, recursos y voluntad política.

Guadalupe Pérez, médica pediatra e infectóloga del Hospital Garrahan, alertó sobre la grave crisis que atraviesa la institución pediátrica más importante del país. Advirtió que más de 240 profesionales han renunciado desde el inicio del conflicto con el gobierno nacional, y que la situación se agravará aún más con el veto presidencial a la ley de emergencia sanitaria aprobada por el Congreso.

En una entrevista con Liliana Romero en el programa “Dialogando” de Radio Sudamericana de Corrientes, Guadalupe Pérez —Jefa de Clínica del Servicio de Infectología del Hospital Garrahan— expuso con crudeza el deterioro que sufre la principal institución de salud pediátrica de Argentina y Latinoamérica.

“240 profesionales ya se fueron del Hospital. Hay servicios que perdieron el 30% de su personal. Se llama a concurso y se declaran desiertos porque no se presenta nadie”, denunció la pediatra, reflejando el impacto del conflicto con el gobierno nacional en la estructura operativa del Garrahan.

La ley que declara la emergencia sanitaria pediátrica por un año fue aprobada por amplia mayoría en ambas cámaras del Congreso. “Garantiza el presupuesto y sostenimiento del Hospital, y restablece el sistema de residencias en pediatría que el gobierno nacional cerró”, señaló Guadalupe Pérez.

La médica advirtió que con el veto del presidente Javier Milei, la situación se agravará aún más. “La lucha está vigente. Nos acompaña la sociedad y en el Congreso tenemos el apoyo de la mayoría de los legisladores. No vamos a dejar de defender el Garrahan”, expresó con firmeza.

El Hospital Garrahan, referente nacional y latinoamericano en salud pediátrica, se encuentra en una encrucijada crítica. La pérdida de personal especializado, el cierre de residencias y la incertidumbre presupuestaria amenazan su funcionamiento. Frente a este escenario, profesionales de la salud como Guadalupe Pérez, insisten en que la defensa del Garrahan no es solo institucional, sino profundamente social.