Durante una protesta en uno de sus sanatorios, el propio Julio Fraomeni, empresario quilmeño y dueño de Galeno, salió a intentar parar la manifestación.
Lejos de ser las de un líder empresarial que busca el diálogo, mostró un desprecio notable por los derechos laborales y una actitud prepotente que exacerba el conflicto.
La irrupción de Fraomeni en la protesta, arrancando carteles con sus propias manos y agrediendo verbalmente a una trabajadora, quedó grabada.
Las imágenes que lo muestran dando órdenes para retirar afiches y fotografiando a los manifestantes, incluso sumado al episodio del celular arrojado a uno de ellos.