Al cumplirse hoy, 20 de octubre de 2025, el 21° aniversario de la Masacre de la Comisaría 1ª de Quilmes, familiares de las víctimas y organismos de Derechos Humanos encabezaron una jornada de recuerdo y protesta para honrar la memoria de Diego Maldonado (16), Elías González (15), Manuel Figueroa (17) y Miguel Aranda (17), y exigir el cumplimiento efectivo de la justicia y de las normativas que buscan evitar nuevas tragedias.

Los cuatro jóvenes murieron en 2004 a causa de un incendio en un calabozo, luego de haber sido víctimas de torturas y apremios ilegales por parte de agentes de la Policía Bonaerense, quienes demoraron de manera deliberada el auxilio.

JUSTICIA INCOMPLETA Y VIGILANCIA PERMANENTE

A pesar de las condenas a once policías —las primeras en 2015 y la más reciente en 2022—, la lucha judicial de las familias se mantiene activa, enfocada en evitar los beneficios a los culpables.

Condenas y Traslados: En 2022, la Justicia revocó la prisión domiciliaria a uno de los principales condenados, Fernando Pedreira (con una pena de 19 años), quien fue enviado a una unidad penitenciaria para cumplir su condena, lo que fue celebrado por las querellas.

Nueva Condena: También en 2022, la policía Elda Marina Guaquinchay Bogado fue condenada a cuatro años de prisión por omisión de evitar torturas, elevando a once el número total de responsables sentenciados.

LA DEUDA DE LA PROHIBICIÓN

Uno de los principales legados de la Masacre de Quilmes fue la resolución del entonces ministro de Seguridad León Arslanian, que prohibió el alojamiento de menores de edad en dependencias policiales. Sin embargo, la jornada conmemorativa sirvió para denunciar que esta prohibición se incumple de manera sistemática.

Organismos como la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) señalan que, a 21 años del hecho, la sobrepoblación y las condiciones inhumanas en las comisarías de la provincia de Buenos Aires persisten, exponiendo a jóvenes y adultos a un riesgo constante de violencia institucional y nuevas masacres.

La convocatoria de hoy reafirma el lema "Ni olvido, ni perdón" y subraya la necesidad de una profunda reforma en las políticas de seguridad y encierro para garantizar que la muerte de Diego, Elías, Manuel y Miguel no haya sido en vano.