El pasado domingo 31 de agosto, Corrientes eligió gobernador y vice, quienes llevarán el rumbo provincial durante los próximos 4 años. La agrupación política Vamos Corrientes de la mano de Juan Pablo Valdés obtuvo nuevamente una victoria contundente, afirmándose la primacía del partido radical a nivel provincial. Por su parte, La Libertad Avanza (LLA), de manera sorpresiva se posicionó en cuarto lugar dejando mucho que desear y una gran incertidumbre con respecto a la permanencia de su poder.

Esto se confirmó este domingo 7 de septiembre en Buenos Aires, donde Fuerza Patria volvió a posicionarse en el escenario provincial, generando dificultades para el oficialismo de cara a las elecciones de octubre.

Por ello este artículo analizará las elecciones provinciales recientes en Argentina, con foco en la Provincia de Buenos Aires y en cómo los resultados afectan al panorama político nacional. Además, se evaluará la fortaleza de La Libertad Avanza frente a las próximas elecciones del mes de octubre.

Buenos Aires, el termómetro del poder político

Históricamente la Provincia de Buenos Aires ha sido el bastión electoral donde todas las fuerzas políticas quieren obtener una victoria. Al ser la provincia más populosa, se lleva una gran cantidad de bancas en el Poder Legislativo. El gobernador Axel Kicillof decidió separar las elecciones provinciales de las nacionales, permitiendo generar un mapeo previo de cara al mes de octubre.

Desde 1987, el peronismo ha gobernado ininterrumpidamente la provincia, hasta la llegada de María Eugenia Vidal, perteneciente al partido Propuesta Republicana (PRO) en el 2015. Luego de teñirse la provincia de amarillo, para el 2019 el peronismo volvió a captar el poder.

El pasado domingo 7 de septiembre se celebraron las elecciones de medio término en la Provincia de Buenos Aires en las cuales se definieron 23 senadores, 46 y más de 1097 concejales. Por su parte, Fuerza Patria volvió a demostrar su poder en la provincia, dejando en segundo lugar a LLA. El gobierno nacional sólo logró la victoria en 2 de las 8 secciones que la componen, comprendiendo un 33,71% de los votos frente un 47,28% por parte de la agrupación peronista.

Qué representa esto? Un revés para el gobierno nacional en un contexto altamente polarizado. Su estrategia política y económica, guiada por el déficit 0 y su enfrentamiento con el peronismo, no alcanzó para obtener la victoria.

De la motosierra al desencanto: la encrucijada política del gobierno Milei
La agrupación violeta nació como resultado del hartazgo político y con la ayuda de una ciudadanía desanimada con las instituciones. Frente a la necesidad de respuestas inmediatas en oposición a la política convencional, el gobierno de Javier Milei logró marcar un rumbo cultural y político en la Argentina.

Hoy se evidencia un desgaste. Con varios contratiempos, el gobierno estuvo en el centro del debate político y mediático en los últimos meses. Ejemplos como el veto presidencial a las políticas de emergencia de sectores vulnerables, el recorte hacia la salud pública y los presuntos hechos de corrupción reflejan un punto de inflexión.

Argentina cuenta con un electorado amplio que no posee una preferencia política definida e incluso muchos no se sienten representados por la política actual. Las agrupaciones moderadas han quedado desdibujadas del mapa nacional, comprendiendo un escenario polarizado tanto social como político. Esto favorece a partidos con discursos más radicalizados que prometen respuestas inmediatas.

Dentro del electorado bonaerense existe un sector moderado que en su momento acompañó a Juntos por el Cambio. Ese espacio, con perfiles más centristas como la UCR o la Coalición Cívica, hoy empieza a mirar con atención a otras opciones como SOMOS, una agrupación integrada por peronistas, radicales y sectores desencantados tanto con el oficialismo como con el kirchnerismo. Su irrupción demuestra que la diversidad y la búsqueda de consensos pueden ganar apoyo: en varias secciones de la provincia, como la Cuarta, la Sexta o la Séptima, el espacio logró posicionarse tercero con resultados de dos dígitos, lo que refleja un electorado dispuesto a respaldar alternativas más moderadas.

La estrategia del gobierno deberá enfocarse en captar los votos de las personas indecisas o que ven en partidos más mesurados una salida posible. La pérdida de apoyo en el distrito más poblado del país revela que el oficialismo nacional enfrenta crecientes dificultades para ampliar su base electoral más allá de los votantes convencidos por el discurso de la “motosierra”.

Además, se destacó el ausentismo en esta jornada electoral, con una participación de apenas el 61% del padrón, una de las más bajas en los últimos años. Captar a quienes no votaron requiere menos confrontación y más propuestas concretas que generen confianza en que la política puede mejorar la vida cotidiana.

¿Derrota momentánea o comienzo del fin? 

El triunfo de Fuerza Patria en Buenos Aires no solo refuerza su presencia en la provincia, sino que también abre nuevas oportunidades para las elecciones nacionales de octubre. Para el gobierno, este resultado es un golpe a su estrategia de afianzar poder legislativo y limitar a la oposición desde la provincia. Al no poder controlar la agenda en el distrito electoral más importante, su capacidad de maniobra en el Congreso se ve debilitada, lo que a su vez favorece a la oposición, que encuentra un espacio propicio para cuestionar el rumbo económico y político del oficialismo.

De todas formas, no todo está perdido para la agrupación libertaria: su crecimiento es notable si se lo compara con sus comienzos. Ha logrado ser el principal opositor al kirchnerismo, desplazando a partidos como el PRO. Además, obtuvo triunfos en otras jurisdicciones, como en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en la capital salteña, y un apoyo significativo en intendencias como Escobar, Echeverría, San Isidro y Vicente López.

La capacidad del gobierno para reconocer errores, ajustar su discurso y ofrecer resultados concretos será clave para sostener su proyecto político. Estrategias como el llamado al diálogo, un discurso más moderado y la apertura a una participación más heterogénea dentro del partido podrían favorecer un acercamiento con parte del electorado que en estas elecciones eligió no votar.

Conclusión

Las elecciones en la Provincia de Buenos Aires dejaron en claro que el distrito sigue marcando el pulso de la política argentina. El triunfo de Fuerza Patria significó un duro golpe para el oficialismo nacional, que aspiraba a consolidar poder en la provincia más poblada del país y terminó expuesto en su principal flanco. Con una participación más baja que en otros comicios y un escenario de fuerte polarización, el resultado refleja el desgaste de un gobierno que no logra ampliar su base más allá de los convencidos. De cara a octubre, el desafío será redoblar esfuerzos para recuperar la confianza de los votantes y demostrar que aún puede torcer el rumbo en el escenario nacional.

Por Marco Leonel Sánchez Bértoli