En la víspera del 23º aniversario de fallecimiento del Siervo de Dios Jorge Novak, la Diócesis de Quilmes recordó a su primer obispo con una misa que se celebró en la Iglesia Catedral de Quilmes con el lema “Jorge Novak, Profeta de Esperanza”.

La celebración estuvo presidida por el Padre Obispo Carlos José Tissera, que estuvo acompañado del Obispo de Avellaneda-Lanús Marcelo (Maxi) Margni, el obispo Auxiliar de Quilmes Eduardo Redondo, el obispo Emérito de Quilmes Luis Stöckler, sacerdotes, diáconos y representantes de las distintas comunidades de la Diócesis que se congregaron a pesar del intenso frío.

La predicación de la homilía estuvo a cargo de Monseñor Redondo, que comentó que “hacer memoria agradecida del Padre Obispo Jorge Novak nos remite a centrarnos en su pasión por Jesús y la buena noticia del Reino. Cuando lo escuchamos y leemos en tantos testimonios nos conmueve el corazón. Sus invocaciones incesantes al Espíritu Santo, pidiéndole ante tantas situaciones dolorosas e injustas. Es un hombre de Dios que, en su compromiso, inspirado por el corazón pastoral de Jesús siempre expreso, compartió y estuvo presente allí donde la vida y los derechos estaban siendo atropellados y donde la esperanza, en tiempos muy difíciles, era la bandera que la fe en el seguimiento de Jesús nos regalaba y nos provocaba a confiar en Él”.

Además, el Obispo Auxiliar de Quilmes invitó, a partir de cualidades de Novak, a invocar al Espíritu Santo para que guíe a la diócesis en estos tiempos.

En la misa también estuvieron presentes la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, el intendente de Florencio Varela, Andrés Watson, y el ex embajador argentino ante la Santa Sede y amigo de Novak, Carlos Cúster.

Sobre el final de la celebración los obispos y sacerdotes se acercaron a la tumba de Novak que se encuentra en la Catedral, para hacer una oración.

Homilìa

Padre Obispo Jorge Novak:

“Profeta de la Esperanza”

En la víspera del 23º aniversario de su pascua

Iglesia Catedral de Quilmes, 08 de julio de 2024

 “Tu fe te salvó”, son las palabras de Jesús a la mujer que le toca el manto y queda curada. Poco después Él mismo toca a la muchacha, la toma de la mano; parecía muerta y la resucita.

Mateo, en su evangelio, menciona dos milagros unidos, para que se lean juntos, como dos aspectos de una realidad única. El relato de una mujer, colocado en la mitad, dice lo que es la fe: tocar a Jesús, colocar la confianza en Él; saber fiarse, abandonarse en sus manos. El relato de la muchacha muerta y resucitada, colocado al comienzo y al final, dice lo que da la fe: hace pasar de la muerte a la vida.

Hacer memoria agradecida del Padre Obispo Jorge Novak nos remite a centrarnos en su pasión por Jesús y la buena noticia del Reino. Cuando lo escuchamos y leemos en tantos testimonios nos conmueve el corazón. Sus invocaciones incesantes al Espíritu Santo, pidiéndole ante tantas situaciones dolorosas e injustas. Es un hombre de Dios que, en su compromiso, inspirado por el corazón pastoral de Jesús siempre expreso, compartió y estuvo presente allí donde la vida y los derechos estaban siendo atropellados y donde la esperanza, en tiempos muy difíciles, era la bandera que la fe en el seguimiento de Jesús nos regalaba y nos provocaba a confiar en Él. Abandonarnos en el Espíritu, comprometernos y defender la vida siempre.

Indudablemente hoy también vivimos tiempos difíciles. El mundo está patas para arriba, nuestra patria no es ajena ya estamos viviendo dificultades gritantes. La Iglesia no está fuera de este contexto.

A fines de los 80 el Padre Obispo nos interpelaba cuando nos decía: "Nosotros que profesamos y proclamamos el Evangelio de la luz, somos responsables de que el mundo se ilumine con la luz de Cristo. No podemos retener esa luz de la gracia en nuestros corazones. No debemos descansar hasta que se cumpla el anuncio profético: 'Cuando repartas al hambriento tu pan y dejes saciado al afligido, resplandecerá en las tinieblas tu luz y lo oscuro de ti será como mediodía’ (Isaías 58,10)". ("Por los senderos del Evangelio", Editorial Guadalupe, pág 99).

Pensaba y rezaba en estos días: ¿Qué nos diría hoy el Padre Obispo Jorge Novak? Tenemos su memoria viva en tantos escritos, videos y grabaciones, también tenemos a los que lo conocieron y estuvieron cerca, los que siendo muy jóvenes fueron testigos de su fe profundamente comprometida.

A algunos jóvenes de aquellos años la semana pasada les pregunte qué compartirían de nuestro Siervo de Dios Padre Novak, o que creen que nos diría hoy… Varios me han respondido y quisiera compartir algunos:

1.- "Creo que en estos tiempos en los que hablamos de la necesidad de la escucha, sería bueno que nuestro horizonte nos muestre el modo de Novak. No solo escuchar, sino que eso que escuchamos nos lleve a ser capaces de dar un volantazo, que nos cambie la vida, se sienta, se vea, se toque en la vida concreta, en nuestra forma de actuar como iglesia quilmeña.

Novak escuchó a las madres, a los inundados, a los sin tierra y eso lo llevó a estar donde tenía que estar, quizás ese sea el paso definitivo.

Siempre recuerdo: en todas las comunidades pequeñas, perdidas, de nuestra diócesis había una cruz simple de madera que presidía todos los encuentros, que decía ‘1er sínodo diocesano Quilmes’. Y en todas las comunidades había gente de la más variada, humildes de a pie, que decían con orgullo ‘yo soy sinodal’. Se sentían escuchados, protagonistas ¡Qué lindo sería eso hoy! Retomar el sueño de Novak para los cincuenta años de la diócesis, con equipos de laicos llevando adelante sus comunidades" (Zulma de las CEBs)

2.- Pensando en la Sinodalidad

"En el marco de uno de los Seminarios de Formación Teológica, que protagonizábamos los laicos y laicas, junto a nuestros pastores y otras Iglesias Cristinas, el Padre Obispo Jorge sube al escenario para dirigirnos unas palabras.

Esto fue durante su proceso de recuperación, posterior al síndrome de Guillain-Barré, donde su andar era inseguro. Por lo que un laico lo asistía (en este caso, el compañero Rodolfo Brandan). Así, luego de despedirse los cientos de participantes se apoyó en el hombro de quien lo asistía para bajar la escalera del escenario.

Dio dos pasos, pero volvió sobre ellos y tomando nuevamente el micrófono dijo: ‘perdonen ustedes, pero en la Iglesia de Quilmes, si el Obispo no se apoya en sus laicos, no camina…’" (Alberto, docente de formación religiosa)

3.- Siervo de Dios, Padre Obispo Jorge Novak. (Cualidades del Padre Obispo Jorge e invocaciones al Espíritu Santo)

Padre Obispo de todos y todas: fiel reflejo del rostro paterno y materno de Dios, recibía a todos. Muchos, incluso no creyentes, lo consideraban un padre cercano.

Ven Espíritu Santo, para que nuestra Iglesia Diocesana sea cercana a cada persona, a cada comunidad, animadora de la fraternidad social.

Pastor bueno, capaz de dar la vida por los suyos. En algunas oportunidades ofreció su vida para que no lastimen a ningún agente pastoral en tiempos muy duros.

Ven Espíritu Santo, para decirle si a la vida cuando esté amenazada

Compañero de camino, por las huellas de Jesús, con aquellos con vocación de construir el bien común, la justicia social, el Reino de Dios.

Ven Espíritu Santo, para caminar juntos con los creyentes y las personas de buena voluntad, para que todos tengan tierra, techo y trabajo.

Sacerdote, mediador entre Dios y los hombres, especialmente de los sufrientes, de los últimos, los pobres, los presos. los enfermos. Para todos, empezando por los últimos, la misericordia de Dios.

Ven Espíritu Santo, para servir como hospital de campaña, viviendo la alegría del Evangelio caminando hacia Jesús.

Amigo de Dios y de los pobres: cada persona que sufre es mi hermano, mi hermana

Ven Espíritu Santo, para ver el rostro de Jesús en cada persona. Profeta de esperanza: contemplando la realidad, de la diócesis y de la patria, iluminando lo que es y lo que no es de Dios. Anunciando el Evangelio en toda situación. Celebrando el caminar de Dios por nuestros barrios.

Ven Espíritu Santo, para sostener la esperanza del pueblo, desde la fe y la caridad.

Misionero, como María visitadora de Dios, llevando la Palabra a cada familia de nuestra diócesis.

Ven Espíritu Santo, para que nos anime a llevar a Jesús, primeriando las periferias geográficas y existenciales. Para animar a vivir en plenitud nuestra vocación bautismal, testimoniando una iglesia en salida. Hombre de Dios, defensor de la vida, de los derechos humanos.

Ven Espíritu Santo, para ayudarnos a construir una cultura del cuidado, para proteger la Casa Común y la Dignidad Humana.

+ Eduardo Gonzalo Redondo

Obispo Auxiliar de Quilmes