La Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) está investigando a la productora de chapas CRESATA por una supuesta sobrefacturación de 3 millones de dólares en 44 despachos de importación. La compañía, que se autodefine como "industria para industrias", declaró un valor de 11 millones de dólares, pero la Dirección General Impositiva (DGI) sospecha que el precio real era de 8 millones. La investigación busca revisar estas operaciones antes de que prescriba el plazo de 5 años para la acción administrativa y penal.
La investigación, que adelantó y difundió días atrás el medio digital 'Minuto de Cierre', busca revisar estas operaciones antes de que prescriba el plazo de 5 años para la acción administrativa y penal.
La maniobra, común en gobiernos con múltiples tipos de cambio, aprovecha la autorización para importar a un tipo de cambio oficial, declarando valores superiores a los reales. La diferencia es depositada en cuentas en el exterior, lo que configura una forma de fuga de divisas.
La investigación de ARCA se centra en el año 2023, cuando regía el sistema de las SIRA. Las autoridades notaron que las importaciones de CRESATA no coincidían con su facturación y su Capacidad Económica Financiera (CEF). La empresa, con CUIT 30-61583955-4 y ubicada en el Parque Industrial de Quilmes, vende chapas, perfiles y tubos.
Detalles que llamaron la atención de la DGI:
* Despachos consecutivos: Los 44 despachos se realizaron durante el 2023 por un total de 11 millones de dólares.
* Valores redondos: Los montos de las importaciones eran "números redondos", algo inusual en este tipo de operaciones. El despacho más chico fue de 15.005 dólares y el más grande de 1.965.000 dólares.
* Inconsistencias con su perfil: CRESATA tiene un perfil histórico de productora industrial, lo que generó sospechas sobre el alto volumen de sus importaciones. Además, la empresa auspicia una escudería de Turismo Carretera, lo que también levantó interrogantes.
La hipótesis de ARCA es que CRESATA habría aprovechado los "dólares baratos" para importar chapas que luego reemplazaban a las de su propia producción. La empresa, que en 2006 fue autorizada como comprador de energía en el Mercado Eléctrico Mayorista y en 2018 importó bienes de capital para nuevas líneas de producción, podría enfrentar graves consecuencias.
La investigación está muy avanzada. En los próximos días, ARCA evaluará si impone una suspensión del CUIT, lo que le impediría facturar, o si presenta una denuncia penal contra la compañía.