
En los últimos años, Luis continuó su labor incansable en el Centro Comunitario COVI de Quilmes, parte de la Red de Organizaciones Comunitarias Monseñor Enrique Angelelli. Allí, junto a su compañera de vida, siguió sembrando conciencia, solidaridad y esperanza. Su trabajo no fue solo un acto de resistencia, sino una construcción colectiva que trascendió lo inmediato para proyectarse en un futuro más justo.
Luis "Cabezón" Fredes no fue solo un militante; fue un artesano de la esperanza, un patriota del pueblo. Comprendió, como pocos, la importancia de unir la política con el arte, y desde allí compuso canciones que hoy son himnos de lucha y resistencia. Su peronismo fue popular, arraigado en el barrio, en la tierra, en los sectores más combativos de la Iglesia y en el corazón de los trabajadores.
Hoy, su partida nos duele, pero también nos inspira. Porque los verdaderos revolucionarios no mueren; se multiplican en cada lucha, en cada barrio que se organiza, en cada compañero que se planta firme por los derechos del pueblo. Luis nos deja un ejemplo que no se apagará, una semilla que germinará en cada victoria del pueblo, en cada acto de justicia, en cada hombre y mujer que decida no resignarse.
Como bien dijo José Martí: "La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida." Luis "Cabezón" Fredes no se ha ido, porque su lucha sigue viva. No lo lloramos; lo honramos continuando su camino, levantando sus banderas y sembrando, como él lo hizo, conciencia y dignidad.
Hasta la victoria siempre, compañero. Tu lucha es nuestra lucha, y tu ejemplo, nuestra guía. ¡Presente, ahora y siempre!
Nahuel Hidalgo
(Nota de la Redacción: Fredes era militaba en la Mesa de Organizaciones Populares de Quilmes)