
El hecho ocurrió en 2004, durante un motín que realizaban menores alojados en celdas de la Comisaría Primera de Quilmes.
Tras ser golpeados y torturados por policías, los menores encendieron colchones provocando un incendio en el que perdieron la vida tras quedar encerrados en sus celdas y no pudieron escapar del fuego.