Con un peso demográfico determinante y una fuerte incidencia en la definición de los resultados provinciales y nacionales, la Provincia de Buenos Aires concentra tanto la fortaleza del peronismo como los desafíos más profundos de la democracia local. Su relevancia no solo se mide en votos, sino también en su capacidad de sostener liderazgos, moldear estrategias de campaña y funcionar como un termómetro del clima político argentino.
Este artículo analiza cómo la concentración de poder político en el conurbano bonaerense influye en la alternancia electoral, la renovación de liderazgos y la participación de nuevas generaciones en la política, así como los riesgos que implica la falta de pluralidad y el estancamiento del poder local.
La provincia más poblada, y el territorio más disputado
Fuente:https://www.lanacion.com.ar/politica/paso-2023-el-mapa-de-resultados-en-el-conurbano-municipio-por-municipio-nid11082023/#/
El territorio bonaerense es el más populoso de la República Argentina. Esta región tiene 17.523.996 habitantes, de acuerdo con el Censo 2022. Esto implica hablar de un 38,15% de la población total de la Argentina. Por su parte, el AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires), presenta una población estimada de 13.271.187 personas.
Así, se comprende la relevancia geográfica y política de esta provincia. En el conurbano bonaerense se encuentran los municipios más poblados e importantes del país. La Matanza (1,8 millones de habitantes), Lomas de Zamora (600 mil habitantes), Quilmes (580 mil habitantes), Almirante Brown (560 mil habitantes),son algunos de ellos. No solo se destaca su peso electoral, sino su desarrollo tanto social como cultural, siendo centros económicos, industriales y universitarios.
Según el Observatorio del Conurbano (2025): ”La dirigencia política se ha ocupado de mantener al conurbano bajo la lupa. Del padrón total de la Provincia de Buenos Aires, compuesto por 14.376.592 electores habilitados, 9,7 millones (67,5 %) residen en los 24 partidos del conurbano,(…) ”. El peso electoral es central, especialmente hablando en las elecciones legislativas. Parte de este electorado definirá una amplia porción de bancas en la Cámara Baja del Congreso, como también así, la aprobacion que se le dará al Poder Ejecutivo.
La Provincia de Buenos Aires en clave electoral: el poder del conurbano
https://observatorioconurbano.ungs.edu.ar/?p=22921
El pasado 7 de septiembre Fuerza Patria obtuvo una victoria contundente en las elecciones provinciales, dejando al descubierto la importancia política que posee la provincia. La fortaleza electoral de este partido en la región bonaerense se encuentra en la primera y tercera sección, encontrando municipios claves, entre ellos Quilmes, La Matanza, Merlo, San Martín, entre otros. Aproximadamente hablamos de un electorado de 11 millones de personas.
Para cualquier candidato, mantener la primacía en el conurbano garantiza mayor legitimidad, especialmente en el Congreso de la Nación. Por ello, el justicialismo ha buscado consolidar su poder en la mayoría de los municipios que lo componen, otorgando una gobernabilidad sólida a lo largo de los años.
Las estrategias de campaña suelen concentrarse allí (actos, recorridas, anuncios económicos focalizados, etc). Por eso, los partidos diseñan programas sociales y discursos
Fuente: https://www.scielo.org.ar/pdf/postdata/v22n1/v22n1a07.pdf
especialmente orientados a este electorado. El Conurbano funciona como el corazón político del peronismo y como un campo de disputa clave para cualquier fuerza nacional, destacando las grandes problemáticas que comprende esta región como por ejemplo la desigualdad social y la dependencia hacia el estado.
En Buenos Aires el peronismo ha gobernado desde hace años. Allí el radicalismo se posiciono en 1983 con el impulso de Raúl Alfonsín hasta 1987 con el triunfo del Partido Justicialista (PJ), gobernando ininterrumpidamente hasta el 2015 donde la provincia se pintó de amarillo con la victoria de María Eugenia Vidal, perteneciente al partido Propuesta Republicana (PRO). En 2019 esto se revirtió devolviéndole el poder al peronismo junto al actual gobernador, Axel Kicillof. Esto gracias al apoyo que el conurbano bonaerense le ha dado históricamente al peronismo.
La Matanza, con una población de 1.841.247 personas, es el ejemplo perfecto de esto. El PJ gobierna desde 1983 hasta la actualidad. Por otro lado en Quilmes, el PJ ha gobernado más de 26 años desde la vuelta democrática, con interrupciones como en 2015 con la intendencia de Martiniano Molina (PRO). En Florencio Varela y otros municipios sucede algo similar.
De esta forma, se constata el gran aparato político y social que ha podido construir el peronismo junto a la provincia, otorgándo un gran respaldo y recursos frente a las elecciones tanto locales como nacionales. Por ejemplo, en años anteriores la fuerza que presenta el PJ en términos electorales se mantiene sólida, comparado a la de otros partidos políticos. En el 2023 el conurbano bonaerense acompañó al peronismo, donde se eligieron candidatos presidenciales, diputados nacionales, y en algunos distritos también candidatos a gobernadores o intendentes.
En las elecciones Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), en localidades como Quilmes y La Matanza Fuerza Patria, en ese momento llamada Unión por la Patria (UXP) consiguió un respaldo de más del 40%.
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Si se quiere avanzar hacia la actualidad lo mismo ocurrió en el mes de Septiembre. Se aprecia en el mapa como esta región esta prácticamente de color azul representando la primacia que posee el PJ en la region.
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¿Por qué el peronismo ha logrado mantener el poder?
Desde que se restableció la democracia en 1983, el peronismo estableció una sólida presencia en el territorio a través de gobiernos municipales con fuertes raíces locales, redes de activistas, estructuras partidarias organizadas y un relato de identidad que sigue resonando en grandes grupos de personas. Además, es relevante destacar al electorado que apoya al peronismo. Hablamos de votantes pertenecientes a barrios populares y clase media entendiendo que la Provincia de Buenos Aires, especialmente el conurbano, comprende una gran desigualdad social y altos índices de pobreza.
Diego Genoud (2017) remarca que:
“Durante los años ochenta y noventa, el peronismo tuvo una gran sensibilidad para detectar los nuevos contornos de la pobreza. (...) Desde Duhalde empiezan a ganar una creciente influencia en la administración de recursos y administran planes”
El Observatorio del Conurbano (2024) anuncia que: “En el primer trimestre de 2024, la pobreza en el conurbano fue del 62%. Esto le ha permitido al PJ consolidar su poder por medio de una gran maquinaria política, junto a la bandera de la “justicia social”, pilar histórico de este partido.
Por otro lado, el aparato peronista se ha fortalecido mediante métodos de coordinación electoral de múltiples niveles, donde la colaboración entre intendentes, gobernadores y presidentes del mismo partido ha permitido optimizar los resultados políticos y distribuir recursos cruciales. Asimismo, el peronismo ha sabido reinventarse internamente manteniendo su identidad, modernizándose con nuevos líderes, formas de hablar y llamamientos a la proximidad con los votantes. A esto se añade la capacidad de implementar políticas públicas a nivel local, representar las necesidades sociales inmediatas y mantener vínculos clientelistas en áreas con una gran desigualdad estructural. Por todo ello, el PJ no sólo se ha mantenido como una fuerza dominante durante décadas, sino que ha demostrado una notable capacidad de recuperación ante cambios coyunturales.
Alternancia del poder como pilar democrático
El clientelismo político se ha configurado como una herramienta fructífera para mantener la legitimidad en la provincia. Consecuentemente este gesta un aparato caudillista, con procedimientos políticos que no resguardan un cuidado hacia la democracia, como tampoco los valores republicanos que comprende nuestro país. Se otorgan ventajas, derechos y beneficios a quienes están dispuestos a respaldar la legitimidad de determinadas figuras o partidos políticos, consolidando así el control de las intendencias y limitando la alternancia de la dirigencia política.
Fuente: https://www.scielo.org.ar/pdf/postdata/v22n1/v22n1a07.pdf
Mariela Szwarcberg Daby (2016) en su estudio destaca que:
“La estadística descriptiva de los intendentes electos en la Provincia de Buenos Aires se basa en 279 observaciones de todos los intendentes elegidos en los municipios del Conurbano entre 1983 y 2015 . En total, 153 intendentes han sido elegidos durante 1983-2015. Los resultados corroboran el predominio del PJ en la Provincia de Buenos Aires.”
La autora habla sobre la persistencia y el poderío electoral del PJ en el Conurbano que se refleja gracias a su análisis. Asimismo, pone en evidencia el alto índice de reelección de los intendentes provenientes del justicialismo. Su capacidad para movilizar votantes es lo que les permite asegurarse el monopolio de la política local y la consolidación del aparato partidario.
Por ello es importante hablar del término “los Barones del Conurbano”. The Walking Conurban (2021) entiende que:
“Un barón del Conurbano es un intendente que se ha perpetuado en el gobierno de un territorio con características de extrema desigualdad económica, donde ejerce el poder con mecanismos tanto despóticos como demagógicos, y su sucesión, si no se cancela, se rige por una lógica que péndula entre el nominalismo y el nepotismo.”
Esto representa un gran riesgo para la democracia local. La alternancia de poder es primordial para mantener una democracia fuerte, que prime al republicanismo. El partido que se perpetúa en el poder no solo utiliza las concejalías como escribanías, sino que también gesta la posibilidad de emplear al Estado con fines propios. No hay mecanismos institucionales que le puedan poner un freno al Poder Ejecutivo local, volviéndose completamente personalista.
La democracia no sólo implica poder votar, sino la posibilidad de cambiar la dirigencia política. Incluso, es sano poder renovar la dirigencia política permitiendo el ingreso de personas nuevas, como jóvenes y actores sociales con intereses genuinos.
Fuente: http://www.scielo.edu.uy/pdf/rucp/v33/1688-499X-rucp-33-e205.pdf
Se ha visto en varias provincias de nuestro país, como también así intendencias que se tornan “feudos”. Esto favorece al partido operante luego para las elecciones nacionales, destacando la importancia que posee el padrón de esta región. Partidos como La Matanza han estado en manos del mismo partido hace años tal como se muestra en el cuadro.
De todas formas, se entiende que no existe una opción más “correcta” que otra, este artículo desea demostrar la relevancia de comprender lo fundamental que es renovar los liderazgos políticos, especialmente para el funcionamiento óptimo de nuestra democracia y no recaer en prácticas institucionales nocivas.
Sin ir más lejos, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), el pasado mes de Mayo la ciudadanía optó por una nueva alternativa, en este caso la Libertad Avanza (LLA), rompiendo con la hegemonía del PRO que venía desde hace años. Cada vez que un nuevo espacio político llega al poder, trae consigo nuevas ideas, propuestas y enfoques para resolver problemas. Además, es una respuesta saludable frente a la necesidad de cambio que le pone un freno a los políticos que poseen el poder.
Campaña para una renovación política
La estrategia política debería estar focalizada en cooptar votos de electores indecisos, como moderados. Esto representa un trabajo arduo, incluso no se descarta posibles alianzas políticas para poder hacerle frente a los partidos hegemónicos y su maquinaria política.
La implementación de ideas y herramientas novedosas serán claves para llamar la atención de un electorado cada vez más cansado de la “política tradicional”. Incorporar nuevas figuras políticas, gente joven y con intereses genuinos podrían ser una alternativa novedosa, dando lugar a personas no “corrompidas”. Esto sería un gesto sano hacia la democracia que tanto decimos defender.
Por su parte, recae en la ciudadanía exigir a los gobiernos locales mayor rendición de cuentas. En este sentido, la alternancia no sólo implicaría un recambio electoral, sino también un cambio en la forma de gobernar, con mayor apertura institucional. Se advierte que la democracia no solo es celebrar las elecciones, sino que implica responsabilidades.
Sin embargo, este escenario deberá también hacerse cargo de limitaciones. La continuidad de la desigualdad estructural y la dependencia económica por parte de los recursos provinciales y nacionales seguirán en la senda de multiplicar la lógica del poder concentrado. Si es que los jóvenes y nuevos liderazgos no encuentran significativos espacios institucionales para competir en igualdad de condiciones, el recambio se verá nuevamente reducido a las herencias familiares o a nuevas figuras que reproducen la lógica de los “barones del conurbano”. Siguiendo este camino, el futuro del conurbano estará oscilando entre la posibilidad de llegar a una alternancia genuina o situar un modelo político tradicional y caudillista al que sólo se le irá añadiendo las variaciones de las nuevas formas, pero con el mismo en el fondo.
Conclusión
Al examinar Buenos Aires, se hace evidente por qué esta área se ha establecido como un bastión clave para el peronismo especialmente en el conurbano, donde los cambios de gobierno son poco comunes. La influencia de los líderes locales, la continuidad de las prácticas de clientelismo político y la limitada innovación en la política contribuyen a un contexto en el que las instituciones democráticas se ven socavadas por liderazgos basados en personalismos y partidos políticos muy arraigados.
En el futuro, el reto consiste en encontrar un punto medio entre mantener el apoyo de un electorado tradicionalmente leal y dar paso a una nueva camada de líderes que puedan atender a las necesidades sociales en evolución. La alternancia y la diversidad no solo implicaría una renovación en las elecciones, sino también una evolución cultural e institucional que fortalezca la democracia. El conurbano tiene la oportunidad de seguir siendo el centro del poder político en Argentina, pero de maneras más inclusivas, claras y que representen mejor a la sociedad.
Por Marcos León Sanchez Bértoli
Fundación Politea